Sobre la serie fotográfica “Cámara, lente, luz y vida” de Ignacio Escobar

Es evidente en las imágenes fotográficas del artista nicaragüense Ignacio Escobar una percepción estética motivada por la flora y la fauna nicaragüense, así como escenas de costumbre propias de la vida rural del interior de Nicaragua. Podemos clasificar esta serie a través de dos enfoques fundamentales: primero tenemos las imágenes en blanco y negro caracterizadas por fuertes contrastes de formas, claroscuros, precisión de puntos focales en primer plano, detalles y naturalezas muertas, en segundo lugar, las imágenes a color donde la naturaleza manifiesta líneas de horizontes llenas de luz y matiz, en algunas ocasiones monocromáticas. Las flores y los animales se entrelazan jugueteando con las aguas, la neblina acude con su encanto a cobijar la madre selva, a veces el humo del fogón también es captado mientras aguardamos poder levantarnos de la hamaca. Las escenas arquitectónicas son plasmadas a través de singulares puntos de vistas, obedecen a su ímpetu por plasmar el detalle de las cosas que pueden pasar desapercibidas en nuestro diario vivir, objetos que nos acostumbramos a ver, pero que sin embargo son el fruto característico de nuestro folklore.

La obra fotográfica de Ignacio redime el sentido primario de la fotografía. Concibiéndola en este sentido a propósito de su carácter emocional que cada una de las personas le ha concedido con el transcurso del tiempo, se podría considerar que esta serie busca una especie de conciencia nacional acudiendo a levantar como estandarte las imágenes más familiares de nuestra nicaraguanidad, especialmente cuando se buscan respuestas sobre el acontecer y la identidad. Es así que las fotografías presentes plasman el momento en que una sociedad o una persona toma razón de su propio acaecer, adquiriendo razón de sí mismo de cara al medio ambiente que lo rodea. De esta manera, la fotografía de Ignacio es un testimonio visual que nos estimula a recapacitar sobre nuestro presente y demuestra así su valor testimonial como fuente inapelable del conocimiento humano, considerando que es responsabilidad nuestra cuidar nuestro hábitat.

La serie propuesta por Ignacio “Cámara, lente, luz y vida” captura el tiempo para que nosotros podamos apreciarlo, aguardando su disfrute sereno en pro de una meditación interior sobre nuestra identidad nacional, el zoom de cámara de una de sus escenas no solo rescata las venas de la longevidad aguardando lo inevitable desde el punto de vista humano, sino además el transcurrir del tiempo en las nubes que se elevan en sensacionales atardeceres, crepúsculos y amaneceres considerando aquí el medio ambiente, es entonces esta serie de imágenes una especie de prueba fehaciente donde el hombre se funde plenamente con la naturaleza y recalca su diario vivir dentro de ella. 

Espero disfruten de esta serie que se compone de sesenta fotografías.

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